El juego se realiza en fiestas y cuando el desenfreno comienza producto del alcohol y tal vez alguna sustancia prohibida, hombres y mujeres forman una ronda. Allí los hombres se van turnando para mantener relaciones con las mujeres mientras ellas bailan, el que termina va perdiendo y el último que queda elige con que joven se queda toda la noche.

Una experta en adiciones dice que “El tipo de música que están escuchando los jóvenes en algunas rumbas está influyendo en su sistema nervioso el cual genera ondas que alteran sus conductas”...“Si no prendemos las alarmas desde hoy, este tipo de actos pueden desvirtuar aspectos físicos y emocionales en nuestros hijos, lo cual tendrá sin duda consecuencias cuando ellos sean adultos”
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